La primera sesión con un psicólogo comienza con la anamnesis: esto no es nada más que una conversación privada donde contáis las dificultades que os traen a la consulta. Qué está pasando, cómo empezó, cómo os influye en el día a día, qué os hace sentir…
Si el diagnóstico a realizar tiene que ver con dificultades de aprendizaje u otros problemas relacionados con el rendimiento escolar, habrá que pasar pruebas y test específicos (test de inteligencia, pruebas para evaluar la atención, lectoescritura, etc) así como otros cuestionarios o entrevistas a profesores.
Se valora cómo se siente el niño en el momento actual y qué herramientas tiene a su disposición para avanzar.
En cualquier caso, para evaluar correctamente lo que está pasando se suelen necesitar un mínimo de dos sesiones con el niño y sus padres pero pueden ser necesarias más en función de la dificultad o el criterio del especialista.
Una vez identificado correctamente el problema, se plantea una hipótesis, se dan unas recomendaciones y se inicia si es necesario el tratamiento consensuándolo con los padres.
El informe psicológico recoge estos datos por escrito pero no siempre es necesaria su elaboración para seguir el tratamiento.