CUIDA TU MENTE
Pensamos que si tenemos salud y bienestar esto es suficiente para ser felices pero realmente nuestra felicidad depende del estado de nuestra mente. (Traducción libre).
Y la mente es muy rápida, muy racional y en muchas ocasiones, engañosa. No le gustan los cambios. Nuestra forma de pensar determina cómo interpretamos una situación y esa interpretación nos lleva a sentirnos de una u otra manera (mejor o peor).
Nuestra estructura de pensamiento depende de nuestra educación, los modelos que hayamos tenido más cerca y las experiencias que hayamos ido viviendo. Lo cierto es que en ocasiones Nuestros pensamientos son tan rápidos – automáticos- que es difícil detectar aquellos que nos hacen daño.
La terapia cognitivo conductual se enfoca en esa vinculación entre el pensamiento y la conducta y la buena noticia es que hay muchos ejercicios encaminados a detectar cómo piensas de ti mismo, cómo esos pensamientos te hacen sentir y si quieres impulsar un cambio en tu manera de pensar para así sentirte diferente.
A veces incluso no podemos parar de pensar en el pasado o adelantar el futuro y nos perdemos lo que pasa en el momento que tenemos delante. Concentrarte con más intensidad en algunos momentos concretos en tu día a día contribuye a controlar mejor tus pensamientos y apreciar el momento. Aquí puedes empezar a practicar.
Pienso de un modo, me siento de ese modo y entonces actúo de ese modo.
Si yo me pienso ligera, me siento ligera y actúo más ligera (¡soy más ligera!). Si yo me pienso como un tío guapo, me siento guapo y actúo como guapo que soy (porque es que soy guapo de verdad!).
¿Cómo detectar qué tipo de pensamientos tienes?
Quizá con un ejemplo se vea mejor.
En un cuento para niños que a mí me gusta mucho, a Malena le cuesta nadar bien porque se ve (se piensa a sí misma) como una niña gordita y poco ligera dentro del agua. Otros niños contribuyen a confirmar esta idea suya porque la chinchan con una cantinela ofensiva cada vez que está en el agua: “Malena es una ballena”, le dicen.
El profe de natación le dice que para sentirse ligeros, para volar, los pájaros se ven a sí mismos ligeros, voladores, con sus alas preparadas para hacerlo…igual que los peces se sienten ligeros, suaves, como integrados con el agua para flotar en el mar. La cosa es que le hace ver a nuestra linda Malena que según pienso así me siento.
Pienso de un modo, me siento de ese modo y entonces actúo de ese modo.
Si yo me pienso ligera, me siento ligera y actúo más ligera (¡soy más ligera!)
Si yo me pienso como un tío guapo, me siento guapo y actúo como guapo que soy (porque es que soy guapo de verdad!).
Aunque parezca una obviedad así es realmente.
1. Malena pensando en negativo sobre sí misma habla para sí: “qué rollo, otra vez piscina. Brrrr…el agua de la ducha está helada! Y ya están ahí todos mirándome…Seguro que piensan que no lo voy a conseguir. Buf, si es que se me da fatal nadar a braza, espalda es dificilísimo y a croll nunca aprenderé. Vaya rollo, no quiero estar aquí. Sé que no lo voy a conseguir. Voy a esconderme un poco detrás del profe a ver si me dejan en paz”.
2. Malena dándose una oportunidad a sí misma se dice: “bueno, el agua de la ducha al estar tan fresca al menos me ha despertado. Es como si estuviera en una catarata en la selva. Ummm, ¿cómo era lo que decía el profe? Somos lo que pensamos que somos. A ver…cojo aire despacito que ayuda. Hoy voy a imaginar que soy un delfín como el de la peli. Ligero, suave, divertido. Ummm…si cierro los ojos casi puedo verlo a mi lado, nadando conmigo. Me apoyo en él y me voy nadando con los demás. El agua está deliciosa…voy a disfrutar y a dejarme llevar.
