
¿Cómo hacer para que me haga caso? ¿Por qué para que obedezca tengo que acabar gritando? ¿Es que no es más fácil que me haga caso a la primera?
Bienvenido al club porque son preguntas que toda madre y todo padre se hace alguna vez .
La respuesta es que no hay una respuesta mágica que funcione siempre y a corto plazo.
Pero si has llegado hasta aquí, estupendo porque te invito a probar tres trucos que sí que funcionan en el vídeo y a reflexionar un poco más en el artículo sobre la manera de relacionarnos con nuestros niños.
¿Cómo conseguir que mi hijo me obedezca?
En “esto de la obediencia” tu hijo o tu hija funciona igual que funcionamos todos: con respeto. Tu tono puede ser firme y amable a la vez, como si hablaras con un amigo o compañera de trabajo, de igual a igual.
Pero como a medida que crece vuestro hijo necesita que le orientéis de manera diferente, antes unas pinceladas de lo que cómo proceder según su edad.
- Hasta el año o así la cosa irá poco a poco porque lo que nos va a pedir su desarrollo será algo más como “ahí no se toca que te puedes quemar”: firme, seguro y siempre igual.
- Poco después los niños entran en una fase de rebeldía que va hasta los tres o cuatro años, todo es no y “yo solo”. Pero tienen que saber que nosotros, de forma comprensiva, les acompañamos. Explica y sé firme con cariño, sin amenazar, aunque creas que no te entiende o que es muy pequeño “si me pegas me haces daño, mejor suave”, “el juguete es para jugar” o “es hora de irnos a casa para preparar la cena»
- Es a partir de los 5 años cuando tendremos que “gastar tiempo” en explicarles y razonar. Y aún así nuestro tono será firme pero cercano sin amenazar.
Lo ideal es lograr el equilibrio entre un estilo demasiado permisivo y otro muy autoritario.
¿Quieres niñ@s «obedientes»…?
3 Trucos para fomentar «la obediencia»
- Avisar antes. “Dentro de diez minutos te toca ducha, empieza a recoger los juguetes” o “mañana vamos a ir a hacer la compra después del partido”. Contarle lo que va a pasar, tanto lo que sucederá en un rato corto como lo que sucederá a largo plazo les hace partícipes de la dinámica familiar y les ayuda a organizarse.
- Usar la fórmula que es casi mágica: Primero…y luego… “Primero te lavas las manos y luego meriendas, primero te pones el pijama y luego vemos un poco la tele”. Es una buena alternativa al no y la prohibición
- Ser consistente. Hacerle ver con mi actitud que cumplo sin gritos ni castigos o amenazas. Es decir, si le he dicho que primero una cosa y luego ya lo divertido; le veo y resulta que no ha cumplido, pues con cariño y sonrisa, le invito a que lo haga…
Algo para leer
Padres liberados, hijos liberados
Adele Faber y Elaine Mazlish
Ellas fueron «alumnas» del profesor Ginnot y reflejan muy bien su filosofía. Buenos consejos, buen humor…
Deja de frustrarte porque tus hijos no te obezcan. Buen artículo
